Realizar una limpieza diaria bien sea en una vivienda o bien en una oficina es fundamental para mantener un orden y una correcta apariencia. Pero ¿cómo saber cuándo profundizar y con qué frecuencia? Todo va a depender del espacio, el tiempo, los recursos y las necesidades de las personas que lo transitan.
Por limpiar se entiende el acto de lavar para hacer desaparecer la suciedad más visible, y por desinfectar entendemos una limpieza con soluciones de mayor penetración atacando a los agentes más nocivos.
Por lo general, cuando limpiamos utilizamos agua, jabón y algún que otro producto concreto para la superficie a tratar. Y sin embargo, cuando nos proponemos desinfectar recurrimos a soluciones compuestas de ingredientes específicos para matar bacterias y otros gérmenes para llegar a un nivel superior de higienización.
Hay que tener presente que porque no se aprecie suciedad visible, no quiere decir que el espacio esté completamente limpio. Hay sectores como el alimentario o el sanitario en los que no es suficiente con sólo limpiar: hay que realizar desinfecciones a diario. Y sin embargo, para una oficina, un mix de limpieza habitual y de procesos puntuales donde se desinfecte es perfecto.
Concluyendo, ya sea que sólo limpias o vas más allá y desinfectas, ambas acciones serán necesarias para mantener el espacio elegido y evitar así la propagación de gérmenes, bacterias y contagios.
Si tu vivienda u oficina se muestra limpia y en orden, la imagen que transmitirás será de calidad, bienestar y salubridad. Genser es el aliado perfecto para conseguirlo. ¿Nos ponemos a ello?
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